Debido al objetivo del Daesh de construir un Estado, las
mujeres tienen un papel importante. Tradicionalmente el papel de las mujeres en
la yihad ha sido pasivo, como madres y esposas que apoyan a sus maridos e hijos
combatientes. Sin embargo, las mujeres cada vez toman un papel más activo como
terroristas suicidas y como reclutadoras. Su lucha activa violenta como
combatientes es un polémico tema de debate a día de hoy.
Daesh, Estado Islámico o ISIS
Autores como el periodista y analista internacional Pablo Jofre Leal (citado en Ortuño Pérez, 2017; 2015) han advertido de que el nombre "Estado Islámico" para referirse al grupo terrorista es inadecuado “pues al utilizarlo desdibuja abiertamente las fronteras que existen entre conceptos como el Islam, el islamismo, los musulmanes y los islamistas” (citado en Ortuño Pérez, 2017; 2015:15).
Jofre Leal (2015) llama la atención sobre el significado
del nombre Daesh que se parece al término Daes que significa en árabe “aquel
que aplasta algo bajo sus pies” o Dahes que significa “el que siembre odio. En
plural, Daw’aish, significa “grupo o agrupación de intolerantes que imponen sus
puntos de vista”. Por tanto, Ortuño Pérez (2017) propone sustituir el
terrorismo islamista por el terrorismo de Daesh.
Si bien el grupo no logró mantener su territorio y establecer un imperio islamista teocrático, logró generar múltiples ataques terroristas de actores individuales inspirados por ISIS en todo el mundo. La estrategia de comunicación de ISIS influye en la radicalización letal de los terroristas en todo el mundo (Udani, 2018).
Aunque el nivel de amenaza percibido del Daesh hacia la
comunidad global ha disminuido considerablemente desde su derrota militar y su
pérdida de territorio, su gran presencia en línea y su adaptación a las nuevas
tecnologías emergentes son factores importantes en la visibilidad internacional
del grupo.
El objetivo de los grupos terroristas no es solo la consecución de atentados, sino también la propagación de su mensaje y conseguir la atención de un público. De acuerdo con Cimadevilla Valdeón (2017: 47), la propaganda online del Daesh tiene 4 finalidades:
- «fomentar el miedo entre los soldados de Iraq y Siria,
- aumentar el apoyo a la organización,
- el reclutamiento;
- establecer nuevas alianzas con otros grupos terroristas».
El Ministerio de Medios del Daesh controla múltiples
servicios de radio, 35 oficinas de medios regionales en todo el Medio Oriente y
África y una rama de producción para traducciones al inglés y revistas en
idiomas no árabes, Al Hayat Media Center (Milton, 2016). En gran parte, el
objetivo de la presencia mediática del Daesh es maximizar la radicalización
para ganar reclutas potenciales; por lo tanto, gran parte de su contenido tiene
un enfoque externo, creado para fomentar la radicalización y reclutar personas
tanto a nivel regional como en el extranjero (Gambhir, 2016; citado por Udani,
2018).
Un informe de la Fundación Quilliam describe la rama de
medios del Daesh como un «gigante, que produce en promedio 38 lotes
individuales de propaganda cada día: videos, ensayos fotográficos, artículos y
programas de audio» (Winter, 2015: 3). El análisis de Milton (2016) de los
comunicados de prensa en línea de Daesh observa que, en su punto máximo en
agosto de 2015, Daesh lanzó más de 700 piezas de medios visuales en un mes
(Udani, 2018)[1].
En octubre de 2014 se creó un ala de medios adicional
llamada Fundación al-Zora, que se dedica a producir contenido dirigido
directamente a las mujeres (Tarras-Wahlberg, 2016).
Las revistas Dabiq y Rumiyah destacan debido a su manera única de presentar sus contenidos, mezclando las narrativas tradicionales yihadistas con los métodos y estrategias de comunicación modernas (Udani, 2018).
- Dabiq comienza en julio de 2014 y publica en inglés, árabe, turco, francés, alemán y ruso. Según la propia publicación: «se trata de una revista con enfoque del Daesh, en la que se ofrecen temas relacionados con el tawhid (monoteísmo), el manhaj (la búsqueda del conocimiento), la hégira (la emigración de Mahoma), la yihad (guerra santa) y la jama’a (comunidad)» (Cimadevilla Valdeón, 2017). Toma el nombre de la ciudad siria donde, según unos hadices, tendrá lugar la batalla final entre los musulmanes y los infieles (Torres Díaz, 2015).
- El primer número de Rumiyah fue publicado en septiembre de 2016 y desde entonces no se ha vuelto a publicar un número de Dabiq (Udani, 2018).
Ingram (2016, citado por Udani, 2018) aseguraba que Dabiq fomentaba
una visión dicotómica y apocalíptica del mundo utilizando un lenguaje hostil
para referirse a Occidente y enfatizando las diferencias entre la civilización
islámica y la civilización occidental. Asimismo, Vergani y Bliuc (2015, citados
por Udani, 2018) descubrieron que utilizaba un lenguaje emocional para
referirse a temas de muerte y religión. Esto enfatiza una visión polarizada del
nosotros vs ellos.
Según un estudio aproximadamente 3 000 mujeres residentes en
Occidente han viajado a Siria o Iraq. Udani (2018) recoge como causa el
especial foco que la revista Dabiq pone en las mujeres.
En la propaganda del Daesh se
promete a las mujeres (Tarras-Wahlberg, 2016):
- La posibilidad de cumplir su obligación religiosa,
- Convertirse en importantes constructoras del “Estado”,
- Experimentar relaciones de pertenencia y sororidad profundas y llenas de significado,
- Vivir una excitante aventura y encontrar el amor verdadero,
- Ser más influyentes.
Las mujeres en la propaganda oficial del Daesh
Respecto a los
discursos oficiales destaca la Carta a mis hermanas musulmanas publicada en
2009 por Umayma, esposa de al-Zawahiri, en la que recoge la yihad como
obligación individual de todos los musulmanes y defiende que la yihad de la
mujer es como apoyo del hombre, ya sea:
El rol pasivo de las mujeres en la yihad es ampliamente compartido mientras que el rol activo violento de las mujeres es tema de debate a día de hoy. No obstante, 6 fatuas permiten la participación de las mujeres en la actividad terrorista (Cimadevilla Valdeón, 2017):
- la de Yussuf al Qaradawi, en la que se lee «el acto es una forma de martirio por la causa de Allah… y la mujer debe participar en la yihad, incluso sin el permiso de su marido»;
- 3 fatuas de profesores de la Universidad de Al-Azhar de Egipto;
- otra de Faysal Al-Mawlawi, quien pertenece al Consejo Europeo para la Investigación y la opinión legal;
- y otra de Nizal ‘Abd Al-Qadir Riyyan, perteneciente a la Universidad Islámica de Gaza.
Por otro lado, cabe destacar el comunicado de la brigada
al-Khansaa. La Brigada al-Khansaa es un grupo militante compuesto
exclusivamente de mujeres que se formó en Siria tras la toma de la ciudad de
Raqqa por el Daesh a principios de 2014. En enero de 2015 publicaron un texto
titulado Las mujeres en el Estado Islámico: manifiesto y estudio de caso.
Aunque no es un documento oficial, se cree que tuvo la aprobación de la élite
yihadista. Fue redactado en árabe, lo que hace pensar que está destinado a la
comunidad femenina musulmana de los países árabes. Se compone de tres partes:
en la primera se expone el papel de la mujer musulmana que deriva de las
enseñanzas del Profeta; en la segunda parte se detalla la vida de las mujeres
en el califato donde todas las necesidades son cubiertas; y, en la tercera
parte, se denuncia la situación de las mujeres en Arabia Saudí. Todo el texto
tiene un tono reclutador y hace hincapié en la imposibilidad de llevar una vida
plena fuera de las fronteras del califato. Respecto a la primera parte, anota
que el lugar de la mujer es como madre y cuidando el hogar; solo se le permite
salir de casa por tres razones: si son llamadas a la yihad porque los hombres no
son suficientes, si son médicos, maestras o enfermeras y para estudiar teología
(Torres Díaz, 2015).
Pero las herramientas de propaganda más importantes para
estudiar el papel de las mujeres en la propaganda oficial del Daesh son las
revistas Dabiq y Rumiyah. Las secciones de estas revistas que proveen consejos
para emprender la héjira e incluyen historias personales de la emigración de
mujeres son especialmente dirigidas a las mujeres (Prendergast, 2017).
De acuerdo con Huey (2015), se deben tener 3 cuestiones en
consideración:
- La representación textual.
Referencias a mujeres en el texto: normalmente como víctimas que necesitan de los hombres para defenderlas. En la revista Dabiq se cita la persecución de las mujeres para incentivar a los hombres a alistarse en las filas del Daesh. Por otro lado, se incita a las mujeres a realizar la héjira y se recogen historias de mujeres que han emigrado (Huey, 2015). La historia de la héjira de una mujer embarazada es detallada en el número 8 de la revista Dabiq (Toguslu, 2018). - La representación pictórica.
La ideología salafista prohíbe la representación de los cuerpos y rostros de las mujeres. Por tanto, se encuentran pocas imágenes de mujeres en las revistas. Existe una excepción, la imagen de una joven que anuncia la atención médica ofrecida en los territorios del Daesh. Si bien, se encuentran imágenes asociadas a la feminidad como comida, hogar o colores como el rosa y el morado, pero solo para acompañar a textos escritos por mujeres (Huey, 2015). - Las voces de mujeres.
La primera mujer entrevistada para la revista Dabiq fue Umm Basir al-Muhajirah, viuda de Amedy Coulibaly, en febrero de 2015, en el número 7 de la revista.
En el número 8 de la revista Dabiq aparece la primera edición de la sección que primero se tituló Para nuestras hermanas y luego pasó a llamarse De nuestras hermanas. La sección recoge los textos escritos por Umm Sumayyah al-Muhajirah (Torres Díaz, 2015).
Umm Sumayyah al-Muhajirah, aunque no se conoce la identidad de la persona detrás del nombre, de los caracteres elegidos se puede saber que toma su nombre de Sumayyah bint Khayyat, considerada la primera mártir del islam y se identifica como extranjera al adoptar muhajirah, es decir, «aquella que realiza la héjira». Por tanto, se cree que es originaria de Occidente (Torres Díaz, 2015).
En su primer artículo, titulado Las almas gemelas de los emigrantes recogía consideraciones sobre la obligación de todo musulmán a realizar la héjira. Se centraba especialmente en las mujeres que viajaban al califato, los obstáculos que debían superar y la plenitud de la vida como esposa y madre, aportando testimonios de mujeres que habían emigrado. Ese artículo pasó casi desapercibido, por consiguiente, en el siguiente escogió un tema más escandaloso y lo tituló ¿Esclavas o prostitutas? En el texto trataba el tema de las mujeres yazidíes que Daesh utiliza como esclavas sexuales y defendía ese comportamiento. El siguiente artículo se dirigió a las mujeres musulmanas casadas con hombres que no luchaban por la yihad y animaba a estas a dejarlos y emprender el viaje al califato. En el número 11 de Dabiq, trata el tema de la participación activa violenta de las mujeres afirmando que el lugar de la mujer es como esposa y madre, de apoyo y que el mayor honor es ser viuda de un mártir. Todos los textos de Umm Sumayyah contienen referencias coránicas o a eruditos tradicionales que apoyan sus ideas (Torres Díaz, 2015).
Prendergast (2017) afirma que las mujeres son otorgadas
distintas funciones en la yihad dependiendo de su etnia, edad, ideología,
religión y nacionalidad. Sus principales roles son esposas, madres, enfermeras,
esclavas sexuales y avergonzar a los hombres y que se alisten.
Termeer y Duyvesteyn (2022) reconocen 3 narrativas centrales
que marcan el mensaje del grupo yihadista a las mujeres:
- Constructoras de la ummah,
- Representantes del islam,
- Guardianas del califato.
El principal tema presente en las revistas es la héjira. Se
anima a las mujeres a emigrar a los territorios controlados por Daesh. Además, se
afirma que la vida en Occidente mancha la dignidad y el honor de las mujeres,
y, por consiguiente, del islam, pero al viajar al califato se purifican y
recuperan sus derechos. Daesh considera a las mujeres como las encargadas de
rectificar y transmitir los valores yihadistas a las futuras generaciones. El
camino de la héjira se asocia en el discurso de Daesh al honor. Esto se debe a
la noción patriarcal que asocia el honor de la familia con las mujeres. También
se presenta la héjira como un llamamiento divino y una obligación religiosa
(Termeer y Duyvesteyn, 2022).
Se utilizan modelos de piedad como Asiya bin Muzahim, madre
adoptiva de Moisés; Zainab, hija del Profeta, Hajar, madre de Ismael, y Umm
Sulaym, que rechazó a su pretendiente hasta que este se convirtió al islam,
para hacer a las mujeres titulares de la religión y responsables de pasarla a
sus hijos. Se asegura que las familias y comunidades musulmanas dependen de la
piedad femenina. La revista Dabiq, en su número 11, recoge un pasaje del Corán
en el que el Profeta dice: «cada uno de vosotros es pastor y cada uno es
responsable de su rebaño […] Y la mujer es pastora en su casa y es responsable
de su rebaño» (Prendergast, 2017: 62)[3].
Dabiq anima a las mujeres a que envíen a sus hijos a la
lucha de la yihad, como se recoge en los números 8 y 11de la revista: «Vi
hermanas en una noche inflamada por la batalla enviar a sus hijos de 15 años
fuera de la casa diciendo: "¡Alá es el más grande! ¡Ve al Jannah, cuya
anchura es la de los cielos y la tierra!» (Prendergast, 2017: 70)[4].
Asimismo, Dabiq defiende la poligamia. En un artículo que
analiza las «sabidurías de la poligamia» en el número 12 de la revista, Daesh
presenta los siguientes argumentos:
«primero, las mujeres superan en número a los hombres, ya
que los hombres están naturalmente más expuestos a situaciones peligrosas;
segundo, las viudas, las divorciadas y las mujeres infértiles están protegidas
en el matrimonio; tercero, los hombres tienen otras para satisfacer sus
necesidades sexuales cuando la esposa está menstruando, recuperándose del
parto, etc. […] Que cada hermana se ponga en el lugar de la esposa de un shahīd
y sacrifique algo del egoísmo que es una parte de nuestra naturaleza» (Prendergast,
2017: 67)[5].
Refiriéndose a las mujeres casadas, en un artículo publicado
en el número 10 de Dabiq se obliga a las mujeres a mandar a sus maridos a la
yihad y sino divorciarse de ellos:
«No está permitido en ningún caso que sigas bajo el mismo
techo que alguien que quitó la soga del islam de su cuello; el contrato de
matrimonio entre vosotros queda anulado en el momento en que él apostató de la
religión del islam» (Prendergast, 2017: 83) [6].
Por último, en cuanto al rol activo violento de las mujeres.
Daesh presenta una contradicción ya que publica imágenes de mujeres con armas y
les ofrece adiestramiento militar mientras que las indica que no deben luchar
sino criar a las siguientes generaciones de yihadistas (Prendergast, 2017).
A principios de 2018, Daesh publicó un vídeo de 3 mujeres
con armas. En el número 13 de la revista Dabiq se lee que «porque los hombres
han fallado en tomar su responsabilidad en la yihad, las mujeres llevan a cabo
los ataques en su lugar» (De Leede, 2018: 4)[7]. Sin embargo, aunque
parece que las mujeres toman un papel más activo en algunas organizaciones
terroristas, los roles de género son claros en la actividad yihadista. En el
número 11 de la revista, se recoge un pasaje del Corán en el que el Profeta
dice a las mujeres que no deben luchar: «Oh Mensajero de Allah, los hombres
salen a la batalla y nosotros no salimos a la batalla... Entonces Allah reveló:
{Y no desees aquello por lo que Allah ha hecho algunos de ustedes superan a
otros}» (Prendergast, 2017: 77)[8].
El rol de esclavas sexuales tiene varios ángulos. Por un
lado, esta idea surge de la teoría de las mujeres en la guerra. La yihad sexual
es el matrimonio temporal entre una mujer y un hombre que les permite tener
sexo porque el hombre después de satisfacer sus frustraciones sexuales deberá
centrarse más en la guerra. La primera vez que esta obligación de las mujeres
fue proclamada en el entorno yihadista fue cuando el clérigo wahabí Sheikh
Mohamad al-Arefe instó a las mujeres suníes a ofrecerse a los muyahidines
durante su guerra contra el régimen de Assad (Prendergast, 2017).
La esclavitud sexual es un tema abiertamente discutido en
las publicaciones del Daesh en panfletos, redes sociales y la revista Dabiq. Destaca
el caso de las mujeres yazidíes, grupo mencionado en el número 4 de Dabiq como
una «minoría pagana» que adora a Satán (Salih, 2019). El uso de violencia
sexual contra estas mujeres trae la violación como técnica de guerra, la
violación con fines religiosos y la ideología misógina. Daesh utiliza la
violencia sexual para atemorizar a quienes no quieran convertirse a su islam
(Prendergast, 2017). La explotación sexual y el tráfico de mujeres y niñas de
las minorías atacadas por Daesh se convirtió en un fenómeno corriente dentro de
los territorios controlados (Salih, 2019).
En un artículo del número 4 de Dabiq se encuentran
instrucciones de cómo vender a las esclavas yazidíes (Salih, 2019). En la
revista también se encuentra la justificación de la esclavitud como parte de la
ley islámica:
«uno debe recordar que esclavizar las familias de kuffar y
tomar a sus mujeres como concubinas es un aspecto establecido claramente en la
sharía, si alguien fuera a burlarse o negar esto, estaría negando o burlándose
de los versos del Corán y las narrativas del Profeta y, por tanto, apostatando
el islam» (Salih, 2019: 43)[9].
Hassen (2016, citado por Salih, 2019) descubrió que el Daesh
ha utilizado la violencia sexual contra las mujeres para controlar áreas,
limpieza étnica, vengarse del gobierno iraquí junto por aliarse con los
estadounidenses y atraer más combatientes. El entorno en el que se mueve el
Daesh es de guerra y, por consiguiente, se puede apreciar la utilización de la
violencia sexual de varias maneras: la feminización del enemigo, para financiación,
para atraer y pagar a los combatientes, la defensa de las mujeres como una
excusa para la guerra (Salih, 2019).
En el número 15 de la revista Dabiq, en un artículo titulado
Rompiendo la cruz, Daesh justifica la utilización de violencia contra sus
enemigos. En un artículo del número 9 de Rumiyah (2017), Daesh otorga permiso
para esclavizar a las mujeres cristianas (Salih, 2019).
Las mujeres en la propaganda no oficial del Daesh
Daesh utiliza las redes sociales como arma de terror mediante 3 tácticas (Cimadevilla Valdeón, 2017):
- en el caso de Twitter, apropiándose de hashtags que estén en tendencia en el momento;
- a través de la creación de una aplicación que controle las publicaciones de todos los miembros (Dawn of GladTidings);
- utilizando redes de equipos infectados controlados por una única persona.
El Grupo Soufan (2015) afirma que el alcance de las redes
sociales de ISIS es particularmente efectivo para difundir el mensaje del grupo
y fomentar la radicalización, sentando las bases para el reclutamiento (Udani,
2018).
Daesh utiliza las redes sociales para mostrar una imagen
distorsionada de la vida en el califato. Es una herramienta de propaganda
yihadista dirigida al público occidental, especialmente Instagram. El proceso
de reclutamiento comienza con la proclamación de una falta de valores en
Occidente y la propagación de una imagen distorsionada y utópica de la vida que
les espera en las tierras del Daesh (Cimadevilla Valdeón, 2017).
Las mujeres son miembros activos en las redes sociales como
creadoras y distribuidoras de propaganda del Daesh. Los mensajes relativos a la
héjira son dirigidos a las mujeres. La interacción entre géneros es
frecuentemente rechazada, por tanto, mujeres reclutan a otras mujeres (Huey,
2015).
El proceso de radicalización se esconde tras una historia de
amor. Daesh les ofrece un marido, un hogar y un salario, además de protección
ante las adversidades. A estas mujeres algunos autores las han llamado fangirls
(Cimadevilla Valdeón, 2017). Las mujeres que emigran a los territorios
controlados por el Daesh tienen una visión romántica del radicalismo (Nacos,
2015).
Horton y Wohl (1956) estudiaron el poder que las redes
sociales tienen sobre las personas ineptas o aisladas socialmente, ya que las
personas que siguen en redes sociales pueden ser un objeto de amor
desarrollando un comportamiento de fan. Por eso, Melanie Smith llama a las
mujeres que participan en la comunidad virtual yihadista ISIS-fangirls. De
acuerdo con Gayle S. Stever (2009) las personas buscan romance, comprensión,
inspiración, comunidad e identidad en las relaciones que desarrollan a través
de las redes sociales (Nacos, 2015).
El reclutamiento se dirige a mujeres occidentales que viajan
a Siria o Iraq y otras que colaboran con el grupo desde células desde su país.
Estas últimas son especialmente útiles ya que mediante el matrimonio los
muyahidines consiguen la legalización en el país occidental (Cimadevilla
Valdeón, 2017).
Cimadevilla Valdeón (2017), de acuerdo con Shazia Mirza,
apunta que la incorporación de estas mujeres jóvenes a la organización
terrorista es una moda, ya que los yihadistas representan su idea de «hombre
macho» con armas. «Para ellas (las mujeres musulmanas que viven en Occidente),
los yihadistas son como Brad Pitt, solo que mejores porque Brad Pitt no es
religioso» (Nacos, 2015: 1)[10].
Melanie Smith (2014, citada en Nacos, 2015) comentó que la
mayoría de mujeres que emigran viajan con sus maridos o viajan para encontrar
marido.
Algunos ejemplos de perfiles que comparten propaganda del
Daesh y animan a las mujeres musulmanas a emprender la héjira son Umm Layth
(británica), Umm Haritha (canadiense) y Umm Ubaydah (norte de Europa), que han
compartido su viaje y su matrimonio con un yihadista en redes sociales como
Twitter y Facebook y en sus blogs personales (Torres Díaz, 2015).
Es muy popular el blog en Tumblr llamado Diario de una
emigrante, que se supone escribe una mujer de 27 años. Ofrece detalles
biográficos de su proceso de llegada a Siria y su matrimonio dos meses después
con un desconocido (Torres Díaz, 2015).
Las mujeres que viven en el califato y comparten su vida en
las redes sociales con un fin propagandístico no hacen referencia a la visión
yihadista de la mujer como esposa y esclava, sino que glorifican la religión,
la valentía de los yihadistas y suicidas y la responsabilidad de las mujeres de
casarse con los combatientes y tener hijos y educarlos para ser futuros
yihadistas (Nacos, 2015).
Conclusiones
Las mujeres en la propaganda del Daesh son protagonistas
tanto en la propaganda oficial como en la propaganda no oficial. En el caso de
la propaganda oficial destaca la sección de Umm Sumayyah al-Muhajirah en la
revista Dabiq. En cuanto a la propaganda no oficial, las mujeres son grandes
reclutadoras a través de sus perfiles de redes sociales y blogs, en los que
comparten datos biográficos y una visión distorsionada de su vida en el
califato.
Es propaganda de mujeres para mujeres. Debido a las
restricciones del yihadismo de interacción entre géneros, la propaganda que
llega, y radicaliza, a las mujeres proviene de otras mujeres.
Los contenidos preferidos para las mujeres son los relativos
a la héjira, el viaje a los territorios que fueron controlados por la
organización para casarse y tener hijos que inculcan la ideología yihadista. No
obstante, el rol de las mujeres no es homogéneo. Sus funciones dependen de su
edad, nacionalidad, ideología y etnia.
Las revistas Dabiq y Rumiyah cumplen un papel fundamental en
la radicalización de las mujeres ya que justifican los roles que a estas son
dados en fragmentos del Corán, declaraciones del Profeta y personajes
históricos.
A pesar de que, principalmente gracias a las nuevas
tecnologías, las mujeres han tomado un papel protagonista en la propaganda del
Daesh, el rol que ellas mismas defienden es pasivo. El mensaje a las mujeres
yihadistas es una crítica a los valores occidentales, que las anime a emigrar y
tomar el rol de esposas y madres junto a un hombre combatiente.
Aunque la propaganda del Daesh tiene en cuenta a las
mujeres, e incluso les da un hueco para que ellas mismas se expresen, no parece
que signifique un mayor respeto por ellas, sino que solo las utilizan para
conseguir sus fines.
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